REVISTA DE POR ACÁ

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lunes, 6 de agosto de 2007

El PRD, por un “rescate democrático de la cultura”




Publicado en La Crónica en 1995.









Por Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar



Según el Partido de la Revolución Democrática (PRD), un gobierno emanado de su seno impulsaría “una nueva y vigorosa política cultural en el estado, abriendo y fortaleciendo los espacios de participación, apoyando y difundiendo las manifestaciones artísticas y culturales”.

La plataforma que dicho instituto político registró ante las autoridades electorales del estado, de manera general plantea, en un “Gobierno democrático”, “la defensa, preservación y enriquecimiento de los valores culturales propios, y de su relación con la cultura mundial”.

A diferencia del programa cultural del PAN —con propuestas concretas, lo que no debe extrañar, por ser éste el partido en el poder y depositario del Instituto de Cultura de Baja California, el cual fue creado apenas siete meses antes del ascenso de Ernesto Ruffo a la gubernatura— y en similitud con el del priísta Francisco Pérez Tejada, el que presenta al electorado el PRD aborda el tema de manera muy general.

Tal falta de concreciones en el programa perredista puede disculparse si se considera que el partido del sol azteca no ha sido gobierno en Baja California; su mayor cercanía con la gestión cultural la han tenido en la XIV Legislatura del Congreso del Estado, donde la diputada Silvia Beltrán Goldsmith preside la Comisión de Educación.

En las copias de la plataforma perredista que entregó al reportero el señor Roberto Ching Sedano, secretario de propaganda de su partido, aparece el apartado 4.2.26, que se titula “Rescate democrático de la Cultura”.

En él se establece: “Ante la crisis económica, política y social que vivimos los mexicanos, ante el acoso de esfuerzos por crear ‘una cultura de la frontera’, resulta indispensable la defensa, preservación y enriquecimiento de los valores culturales propios, y de su relación con la cultura mundial”.

Siguen tres propósitos:

1) “Nuestro Proyecto de Nación requiere sustancialmente una (sic) proyecto y una practica cultural, que incluya de manera importante, el mantener y desarrollar los lazos culturales con nuestros hermanos del otro lado de la frontera”.

2) “No abandonar nuestras raíces implica el reivindicar el valor cultural de tradiciones legadas por nuestra cultura indígena”. Y:

3) “Un Gobierno democrático deberá fomentar y alentar el conocimiento físico del legado cultural e incluso promover que sea considerado (sic) patrimonio cultural de la humanidad, la actividad cultural con sentido democrático y patriótico y con pleno respeto por las tradiciones y con animosidad, interés y recursos para el desarrollo cultural con vistas al futuro”.

En otra de las copias se anota, además del propósito citado al inicio de este artículo, el de “promover la creación de medios de comunicación que difundan libremente la información, promuevan la cultura, el arte, el conocimiento y el debete (sic) responsable de los problemas nacionales y locales”.

Éste es, pues, el programa cultural del Partido de la Revolución Democrática —y no la propuesta personal de su candidato a la gubernatura, como es el caso de Pérez Tejada—. Muy general, como puede apreciarse.

Ante las reducidas posibilidades de que el perredista Rodolfo Armenta Scott acceda a la gubernatura del estado, es previsible que este programa quedará sólo en el papel.

Sin embargo, serií de gran beneficio para la comunidad bajacaliforniana que los cuadros del PRD se involucraran más en el ámbito cultural, a nivel de diputaciones y regidurías, por lo menos, para darle vida a su propuesta de democratizar la cultura en el estado (“abriendo y fortaleciendo los espacios de participación, apoyando y difundiendo las manifestaciones artísticas y culturales”) y rescatarla del elitismo y la burocratización en que se le ha sumido.