REVISTA DE POR ACÁ

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jueves, 13 de septiembre de 2007

Artistas y creadores, unidos

Publicado en mayo de 2005


Por Carlos Alberto Gutiérrez Aguilar


Dicen que los tiempos de crisis son buenos porque nos hacen tomar conciencia de nuestra situación y buscar nuevas formas de avanzar, de resolver nuestra problemática. Al parecer esto es lo que está ocurriendo en la comunidad artística y cultural bajacaliforniana, después de tantos lustros de desdén por parte de las autoridades del ramo de los niveles estatal y municipal.

Terminaron por convencerse creadores, promotores, ejecutantes y demás interesados e interesadas en el desarrollo cultural de la entidad, de que los funcionarios anteriores y actuales solamente han producido con su labor una “confusa sintonía de acciones marcadas por la mediocridad, (con) ausencia de diagnóstico y de consulta ciudadana”, como apuntó el promotor cultural tijuanense Leobardo Sarabia en el ejemplar del tercer aniversario de la revista Tijuana Metro (texto reproducido en síntesis en el semanario Bitácora, núm. 410, 27 de octubre de 2004).

Si uno escucha o lee las quejas de los integrantes de esta comunidad, verá que para ellos el tiempo se ha detenido. Reclaman y cuestionan ahora lo mismo que en los inicios de las administraciones panistas, allá por 1990 y años siguientes:

“Los artistas de nuestra ciudad --escribió la directora teatral Iliana Becerra en su columna “Urbanidades” del periódico La Crónica, el 15 de abril pasado--, por lo general, se ganan la vida no precisamente con sus creaciones, sino con algún otro trabajo que se pueda desempeñar, ya sea dando clases en los lugares y espacios de cultura, ejerciendo alguna otra profesión que se haya estudiado, o en donde se pueda, ahí (sic) que luchar y salir adelante.

“La queja era general, la falta de apoyo de las instituciones culturales, la falta de atención al trabajo del artista, la falta de cultura en apoyo a los artistas de la región, y otras tantas cosas, tantas quejas…”.

Por su parte, el poeta, promotor cultural y hoy funcionario municipal Jorge Arturo Freyding, recapituló en su columna “La Colmena”: “Los principales reclamos de los artistas y promotores culturales de Mexicali son el contar con mayor difusión para sus obras y proyectos y para los espacios culturales, más apoyos para la realización de obras y proyectos, y el participar en la toma de decisiones de las instituciones públicas de área” (La Crónica, 8 de agosto de 2004).

Y es que “a quince años de distancia de la llegada del PAN al poder estatal pocas novedades hay en las instituciones culturales de nuestra entidad”, como ha opinado el escritor Gabriel Trujillo Muñoz (Bitácora, núm. 404, 15 de septiembre de 2004).

Ante este panorama desolador, era ya urgente hacer algo. Los creadores y los ejecutantes por eso decidieron dar los pasos en serio a la formación de frentes comunes que les permitieran lograr una “autoorganización ciudadana, que (promoviera) nuestros intereses e (intentara) edificar una valla ante la barbarie burocrática”, al decir de Sarabia en el texto ya citado.

Precisamente el foro de discusión Cultura y Participación Ciudadana, que se debió haber efectuado este día 14 en el Centro Estatal de las Artes, es uno de los resultados de esta toma de conciencia colectiva.


Acciones conjuntas

En los meses recientes, Jorge Arturo Freyding, informó en forma minuciosa acerca de los esfuerzos de sus compañeros de Mexicali para “ver cómo participaremos los artistas y promotores en las esferas de las instituciones públicas municipales, estatales y federales (…) La frase clave es democratización de la cultura (´ciudadanización´, le dicen hoy)” (en La Crónica, 5 de septiembre de 2004). Asimismo, recordó las acciones conjuntas que se llevaron a cabo en la década de los noventa, como “campañas en los medios de comunicación, impugnaciones a funcionarios o a proyectos públicos”, foros públicos y otras acciones continuas.

En tanto, en la zona costa la desatención sufrida y los reclamos en respuesta también se han repetido. Y si en Mexicali el Instituto de Cultura ha salido en general reprobado por la comunidad artística y cultural --excepto hoy, cuando quizá por amistad con la actual directora del ICBC, Marisela Jacobo Heredia, muchos otrora críticos han preferido callar o suavizar sus comentarios--, en Tijuana y en Ensenada le ha ido mucho peor.

La escritora Elizabeth Cazessús recordó, en el semanario Bitácora (núm. 412, 10 de noviembre de 2004), que --según había publicado el periódico Frontera-- “de los 52 millones de pesos asignados por el estado al ICBC, sólo 2 millones le designaron a Tijuana, 45 millones a Mexicali y los otros fueron distribuidos en San Quintín y Ensenada”. Y se preguntó en seguida: “¿qué ciudad en el país con las características de Tijuana vive con un presupuesto tan raquítico, y cómo le hacen para sostener ante la comunidad esa mentira?”.

En el mismo número de Bitácora, el maestro de la Escuela de Artes de la UABC en Ensenada, Álvaro Díaz Rodríguez, abordó el tema y cuestionó: ¿por qué en Mexicali se gastan 45 de 52 millones de presupuesto? “Todos sabemos que la mayor actividad cultural se desarrolla en Tijuana y Ensenada --argumentó-- (…) Ensenada, creo, recibe millón y medio, el cual nunca hemos sabido en dónde está, pues el ICBC de Ensenada tiene muchísimas carencias, la pobre licenciada (Josefina) Zavala en muchas ocasiones ha tenido que poner de su bolsa para las inauguraciones de las exposiciones”.

Las anteriores son sólo algunas muestras de las muchas inconformidades manifestadas por los creadores y artistas bajacalifornianos. Pero decía al inicio del presente artículo que esta crisis continuada ha servido para obtener algunos frutos positivos. El principal de ellos ha sido la unión que se ha empezado a lograr entre los miembros de la comunidad cultural, tan dados en muchas ocasiones a atacarse, a veces sin causa aparente.

En Ensenada, a finales de 2001 los artistas y creadores ensenadenses se organizaron en un Foro Ciudadano, en el que elaboraron un manifiesto “donde de manera clara se (expuso) el estado actual de las políticas culturales, así como diversas propuestas para su desarrollo” (según puede leerse en el sitio http://www.geocities.com/cardonaalfonso/consejociudadanoens); para 2002 ya se habían organizado en un Consejo Consultivo para la Cultura y culminaron con la formación del Consejo Ciudadano para la Cultura y las Artes de Ensenada, donde participa también el presidente municipal, aunque la mayoría de sus integrantes son precisamente ciudadanos representativos de las distintas áreas culturales del municipio.

En Tijuana, por su parte, en agosto del año anterior al menos 25 reconocidos creadores y promotores culturales presentaron públicamente el Foro Cultural Ciudadano --como “una convocatoria a la acción, una advertencia y una sacudida al gremio cultural, hasta ahora agazapado en el interés individual”--, para “procesar un gran caudal de información, insistir en el diálogo, intervenir en el orbe público, impulsar la educación de los activistas culturales, fortalecer el orbe de la cultura independiente, con la discusión colectiva como garantía de nivel en las propuestas”, de acuerdo con Leobardo Sarabia, uno de sus integrantes (en Bitácora núm. 410, 27 de octubre de 2004).

Y en Mexicali, desde diciembre de 2003 empezaron las conversaciones para constituir, finalmente, el Comité Promotor del Consejo Ciudadano para la Cultura y las Artes de Mexicali --lo que ocurrió en septiembre pasado--, organismo que ha sido reconocido ya como interlocutor válido por las autoridades estatales y municipales.

Hoy, estas tres agrupaciones de artistas y creadores bajacalifornianos buscan constituirse en un foro estatal permanente. El foro ya mencionado del sábado 14 habrá sido su primera reunión de trabajo colectiva.

Es mucha la expectativa que se tiene de la labor que se realice en el corto plazo por estas asociaciones, así como de la respuesta positiva que reciban por parte del sector gubernamental. Por lo pronto, parece que el diálogo entre las partes está siendo fructífero. Si continúan por este camino, la ganadora será finalmente la población en su conjunto.

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